miércoles, 14 de abril de 2010

UNA MENTALIDAD DISTINTA



"Los modelos mentales son supuestos
hondamente arraigados, generalizaciones
e imágenes que influyen sobre nuestro
modo de comprender el mundo y actuar
"
P. Senge
Con cierta frecuencia las personas no tienen conciencia de sus modelos mentales o las consecuencias que ellos traen en términos de comportamiento y de estilo actitudinal. Los modelos mentales del comportamiento humano en las organizaciones están íntimamente ligados a dichos arquetipos mentales. Muchas realidades nuevas de este mundo globalizado y cada día más competitivo, como son las nuevas estrategias de mercado y las nuevas herramientas gerenciales de gestión, no se llevan a la práctica, por cuanto entran en conflictos con poderosos y tácitos modelos mentales, que normalmente están "clavados" en el pasado. Estas exigencias han traído como consecuencia que los líderes tanto del sector privado, como del público deben desarrollar una mentalidad distinta a la convencional, se hace necesario implantar un liderazgo participativo, cuyo sustento fundamental son los "Equipos Autónomos de Alto Rendimiento", en consecuencia ya no prevalece en las corporaciones mundiales y en la sociedades democráticas la concepción tradicional de: "un líder con poderes extraordinarios" y, en vez de ello hay la necesidad de reafirmar que es necesario e indispensable que la idea central del nuevo liderazgo reclame una actuación integrada y bien equilibrada entre el equipo humano de seguidores, la acción individual participativa y exitosa del mismo, no solamente es deseable, sino ineludible.
Cuando en los escenarios tanto públicos como privados priva el criterio autocrático, existen concepciones erróneas, tales como: las organizaciones de más alto rendimiento son manejadas por presidentes fuertes que operan en grupos de trabajo de un solo líder, no en configuraciones de equipo; los equipos de "Alta Gerencia" generalmente no dan rendimientos aceptados para accionistas o clientes y, la mayoría de los que observan los grupos de liderazgo superior no reconocen dónde, por qué o cómo estos se desempeñan como equipos reales. En contraposición a este estilo existe el "democrático-participativo" que ya cree, como resultado de su propia experiencia, que la conducta de "Equipo Autónomo de Alto Rendimiento" mejora substancialmente la eficiencia global, por cuanto están convencidos que el rendimiento de estos equipos supera a una individualidad de un solo líder, y al poner en juego frente a una legítima oportunidad de equipo, encontrarán que esta estrategia es muy fructífera.
Todo líder democrático en sus funciones como tal está convencido que su éxito o fracaso depende de la formación de su equipo de seguidores. Esta, sin lugar a dudas; es una idea probablemente tan antigua como los órdenes y estructuras sociales humanas. Esta técnica involucra un grupo fuerte y poderoso, altamente cohesionado, complementario, de personas que aúnan esfuerzos en la búsqueda de la manera más eficaz de la visión de la organización y/o de la nación y de la reafirmación de la misión de las mismas, a través de un estilo de liderazgo de inclusión y no de exclusión. Reconociendo, que debe haber un orden jerárquico flexible y rotativo, que coadyuve al logro de los objetivos estratégicos nacionales u organizacionales. La historia reciente, no solamente mundial, sino también la venezolana; está llena de ejemplos de líderes que se han esforzado al máximo por lograr ese tipo de lealtad, dedicación y apoyo implícitos en la idea de garantizar su éxito en el liderazgo por medio de los "Equipos Autónomos de Alto Rendimiento", gestionando las mejores maneras persuasivas para lograr una alta motivación y la consecución de las metas propuestas.
La otra cara de la realidad, transmite que: faraones, reyes, dictadores y presidentes siempre han buscado "equipos humanos de trabajo" leales en donde apoyarse para hacer frente a como de lugar a cualquier movimiento opositor. Desde luego, no siempre usaron esa expresión ni lograron con frecuencia esos resultados.
"Equipo Autónomo de Alta Competencia" es una expresión muy seductora. Los líderes democráticos elaboran una versión participativa de dicho equipo, según sea el apoyo que creen que van a necesitar. Mientras que los autocráticos abusan mucho de ellos y encubren tanto las opciones prácticas como las distintas criticas que pueden emplear. Es raro que todos los dependientes directos de estos autócratas constituyen un equipo leal y nunca conseguirán el alto rendimiento esperado.
Debido a las demandas cambiantes del entorno, los líderes democráticos deben tener una mentalidad distinta, por cuanto en los niveles estratégicos funcionan las cosas en forma diferentes a las anteriores, debido en gran parte a la identificación y establecimiento de prioridades, a las exigencias cada vez más fuertes de los accionistas y por supuesto de los clientes, tanto internos como externos, en consecuencia la realidad institucional u organizacional reclama que: "LAS ORGANIZACIONES DE ALTO RENDIMIENTO REQUIEREN UN LIDERAZGO FLEXIBLE Y EQUILIBRADO QUE GESTIONE PLENAMENTE LA ESTRATEGIA DE LOS EQUIPOS AUTÓNOMOS DE ALTO RENDIMIENTO"

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